Postre italiano

Si hay algo que los postre italiano hacen bien, además de la pizza y la pasta, es el postre.

Y no estoy hablando de ningún dulce aburrido, no.

Son auténticas obras maestras de la repostería que al primer bocado nos hacen cerrar los ojos y decir “¡Mamma mia!”. involuntario.

Si nunca has probado un auténtico postre italiano, te estás perdiendo una de las mayores alegrías de la vida.

Ahora, toma esa taza de café y acompáñame, porque te voy a presentar tres postres italianos que te harán repensar todo lo que has comido alguna vez.

Tiramisú – Postre italiano

Si hay un rey en el mundo de los postres italianos su nombre es Tiramisú.

Este dulce tiene café, cacao, queso mascarpone y una textura tan cremosa que parece un abrazo en forma de comida.

Y mira qué curioso: “Tiramisù” significa algo así como “levántame” o “anímame” en italiano.

Y no es una exageración, ¿sabes? Una cucharada de esto y tu estado de ánimo mejora tres niveles.

Ahora bien, un secreto: un buen Tiramisú debe elaborarse con ingredientes de calidad.

No sustituyas el mascarpone con queso crema, ¿de acuerdo? La galleta con champán tiene que quedar en su punto justo, húmeda por el café, pero sin convertirse en papilla.

¿Y el cacao encima? Tiene que tener esa amargura respetable, para equilibrar el dulce.

Si nunca lo has probado, hazte un favor y arréglalo lo antes posible.

Agradecemelo después.

Cannoli – El crujido que respetas

Si alguna vez has visto “El Padrino”, quizás recuerdes esa escena donde dicen “deja el arma, toma los cannoli”. Eso dice mucho de esta delicia.

Los cannoli son unos pasteles fritos y crujientes rellenos de una crema de ricotta dulce y, en muchos casos, trozos de chocolate o fruta confitada.

Ahora bien, una dura verdad: no en cualquier lugar se preparan cannoli decentes. He comido muchísimos cannoli gomosos y, créanme, es una decepción.

Lo bueno debe tener esa corteza crujiente, que se deshaga en el primer bocado, y el relleno debe ser ligero, cremoso y equilibrado en dulzura.

Si quieres elevar la experiencia, prueba un cannoli recién relleno.

Porque no hay nada peor que un relleno que moje la corteza y lo arruine todo.

¿Quieres la punta de oro? Espolvorea unos pistachos molidos por encima y listo, tendrás un trocito de Sicilia en tu boca.

Panna Cotta – Postre italiano

Ahora hablemos de un postre que demuestra que menos es más: Panna Cotta.

Este dulce parece sofisticado, pero en realidad es sencillo de hacer.

Básicamente se trata de una crema azucarada, con gelatina para darle consistencia y un almíbar de frutos rojos por encima.

Pero, amigo mío, cuando se hace bien, es una experiencia trascendental.

Tiene que quedar cremosa y delicada, sin ser demasiado dura.

No te conviertas en un pudín gomoso, por el amor de Dios.

¿Y el toque final? Un jarabe de frutos rojos bien equilibrado, que aporta esa acidez que corta el dulzor y hace que el sabor explote en la boca.

No subestimes la Panna Cotta sólo porque es simple.

A veces la perfección reside en la sencillez.

Ahora dime: ¿cuál de estos postres te apetece comer ahora mismo? Porque confieso que escribí este texto ya pensando en correr a la cocina.

Italia no se anda con rodeos cuando de comida se trata y los postres son prueba de ello.

Si un día tienes la oportunidad de probar un Tiramisú casero, unos Cannoli recién hechos o una Panna Cotta bien hecha, aprovéchala.

Tu vida nunca será la misma después de esto.